Carlos Barboza. Pinturas en Costa Rica 1963-68
Yo nací en la parte alta de la pulpería La Última de mi tío Victorino en Barrio Luján de San José de Costa Rica, el 15 de mayo de 1943. Los mas lejanos recuerdos de mi infancia, teniendo un año y tres meses, son los del Hospital San Juan de Dios donde me trasladaron con grandes calenturas por una enfermedad aún desconocida, la poliomielitis, cuyo tratamiento para combatirla no existía, fue una plaga producida por la segunda guerra mundial. Así es que después de resistirla me quedo una secuela en el brazo derecho, lo que me obligó a utilizar la mano izquierda para todo desde entonces soy zurdo, como Leonardo da Vinci.
Barrio Luján era el último barrio de San José al cual lo atravesaba el río Ocloro y los primeros doce años de mi vida transcurrieron allí, junto a la casa de mis abuelos, Santiago Vargas y Julia Murillo; esta casa se distanciaba muy poco de la Mueblería Barboza de mi abuelo Carlos y mi abuela Amelia Castro. Crecí rodeado de los familiares Barboza y Vargas que constituían un gran conjunto de primos y primas que, junto con los vecinos, no dejábamos de disfrutar de ese contacto con la Naturaleza que nos ofrecían estos descampados al final de una ciudad. Todos estudiábamos en la Escuela de Chile, que era la que correspondía al Distrito Central de San José. En esta Escuela aprendí las primeras letras y siempre recuerdo a la maestra que nos enseñaba dibujo y que copiábamos en el Cuaderno de Vida, después de que ella con tizas de colores pintara paisajes sobre fondo negro. Al final de los años escolares mi tío Lalo era propietario de un comercio llamado La Lujaneña, que quedaba muy cerca de la Escuela y cuando tenía ratos libres y no jugaba al fútbol, iba a ayudarle a marcar mercadería, con lo que me daba alguna propina y también premiaba mis notas de 10 lo que me permitía comprar tebeos y comics, de los cuales copiaba los personajes principales. Algunas veces compraba también libros baratos que me gustaba leer, como Salgari y Julio Verne, de la colección La Pulga, Ediciones SP. publicadas en España.
Mis padres Hércules y Elia, vendieron la casa de Barrio Luján y nos trasladamos con mis hermanas Elia y Amelia, a Zapote que era otro distrito de San José, residiendo en el barrio Moreno Cañas, desde donde me trasladaba en bicicleta para estudiar el bachillerato en el Liceo Costa Rica. Mi tío Manuel Araya tenía un cine y le ayudaba a hacer los carteles y allí pude ver todas las películas que hoy son míticas. También comenzó mi interés por el Arte, la Literatura y la Política, junto con mis amigos escritores Fabián Dobles y Fernando Cabezas y el pintor español Manuel Robles con el que practicaba la pintura. Esta faceta la explica el historiador Rafael Ordóñez en el catálogo Barboza sobre metal, 30 años de grabado, 1968-1998, realizada en el Palacio de Montemuzo de Zaragoza, y dice lo siguiente:
Como nada de cuanto pueda ser humano le será nunca ajeno, desde los primeros balbuceos juveniles de su vocación artística cuando ya se ganaba con modestos trabajos el coste de los materiales y utensilios escolares, Carlos ha demostrado siempre una irrefrenable inclinación por la figura humana, es decir, por cuanto de admirable, doliente, misterioso, mezquino, sorprendente y hermoso tiene la Humanidad. En su primera exposición colectiva, (celebrada en el Liceo Rodrigo Facio en 1964), no sólo presentaba un autorretrato, un desnudo y otras figuras, de niños e indígenas del país, (temas que serán permanentes a lo largo de su trayectoria), sino que mostraba pinturas, dibujos, y grabados, las tres grandes disciplinas a que consagraría su vida y su actividad artística, si bien será en la última donde alcanzará cotas de alta especialización e indiscutible maestría…….
Teresa Grasa también analiza mi inclinación por la obra gráfica en el mismo catálogo y dice: El sueño de las técnicas del grabado calcográfico, grabado sobre metal, le perseguía desde la contemplación de los grabados de Rembrandt y de Goya, o de las litografías de Honoré Daumier en los libros traídos por Lola Fernández, profesora de la facultad de bellas Artes de la Universidad de Costa Rica y a través de las clases de Historia del Arte que impartía Francisco Amighetti, espléndido xilógrafo, quien hablaba del Renacimiento, del barroco, de la explosión de Francisco de Goya, del Impresionismo, y del dominio del color y de la forma, desde su visión de artista profesor. Aquellas clases de Arte marcaron el futuro de Carlos, quien cambió las reglas de la técnica por los pinceles, las gubias y las puntas aceradas. La obra del mexicanoJosée Luis Cuevas y las conferencias impartidas por José Gómez Sicre sobre Arte Latinoamericano, fueron decisivas para trasladarse a Europa, con una Beca otorgada por la Direccion general de Artes y letras, hoy Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, para estudiar Grabado Calcográfico en España………
Este año en que cumplo setenta años de existencia y cincuenta años en que decidí dedicarme a la Pintura como profesión, quiero divulgar mi pasión pictórica que nació junto con el dibujo y la gráfica en Costa Rica. Por lo tanto, mi hijo Francisco, Ingeniero Industrial y Diseñador, www.franciscobarboza.com (finalista en el Concurso de Diseño de Electrolux 2013, ha realizado un video de mi obra pictórica Barboza pintando en Costa Rica, 1963-1968, donde muestra parte de mi obra pictórica tropical. Mi hijo Carlos, también Ingeniero Industrial y experto en Energías Renovables, www.bsasesoresenergeticos.es ha digitalizado las fotografías de las obras. Quiero dar las gracias a los que me han acompañado en esta larga trayectoria, mis padres y mis hermanas, familiares, amigos, pintores, poetas, escritores, críticos, periodistas, marchantes, medios de comunicacion y periódicos que se han interesado por este mi oficio de pintor.
Carlos Barboza Vargas
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