Archivo Barboza Grasa ®

LINOGRABADOS DE BARBOZA EN HOMENAJE A GOYA, FUENDETODOS 1746-BURDEOS, 1828.


Entre el 30 de marzo y el 16 de abril sólo se separan diecisiete días, pero en la vida de Goya son ochenta y dos años de proceso creativo y una vida llena de grandes acontecimientos y sombríos hechos  en la historia española de los siglos XVIII y XIX. Francisco de Goya nació en Fuendetodos el 30 de marzo de 1746, y murió en Burdeos el 16 de abril de 1828. Ver blogCon respecto a su nacimiento, en este 2013 celebramos su 267 cumpleaños y de su muerte el 185 aniversario, por eso he querido recordar su figura en este abril florido con tres linograbados, uno de Fuendetodos, otro de Madrid y el último de Burdeos, resumiendo así su vida en estas tres estampas que se encuentran en el Museo del Grabado Goya de Fuendetodos.
Es muy posible que la infancia de Goya transcurra en su pueblo natal junto a sus abuelos Lucientes, ya que es a los doce años que se encuentra en el taller de Luzán aprendiendo el oficio de pintor,- y no fue dorador como su padre José, ya que su hermano Thomas fue quien heredó taller y oficio por ser el mayor. Luzán le hizo copiar estampas religiosas para cuadros devocionales de vírgenes y santos que se encontraban en las iglesias de los pueblos aragoneses, como por ejemplo, el Relicario, hoy desaparecido, que pintó en Fuendetodos. Luego  va a Madrid a participar en el Concurso de la Academia de San Fernando; fracasa. Regresa a Aragón y pinta las pechinas en Calatayud de Los Cuatro Padres de la Iglesia Latina, similares a las de Muel, Remolinos y Luesma. Quiere volver a Madrid pero el Motín de Esquilache le impide optar nuevamente al Concurso convocado  por la Academia.
En 1770 Goya se va a Italia a su costa,  y emprende el camino más bello de su vida juvenil, donde aprende lo que es el Arte y a pintar al fresco. Seguramente embarca en Barcelona y recorriendo el Mediterráneo descubre el azul del mar y del cielo que no le abandonará nunca, verá la rosácea aurora del mar, como Ulises, según nos cuenta Homero. Génova es la primera ciudad que le impresiona, contempla la gran  pintura mural que hay en los Palacios y las Iglesias, pasa por mar a Civitavecchia y de allí a Roma, donde fija su residencia. Mas tarde, se declara romano y alumno de Francisco Bayeu, para poder participar en un Concurso de Pintura en Parma.  Sigue viajando por tierras itálicas pasando por Loreto, Ancona, Venecia y Módena y se detiene en Parma, donde obtiene una Mención por su cuadro Aníbal cruzando Los Alpes en 1771. 


En el verano regresa a Zaragoza, encontrándose pintando en los inicios del año siguiente,  en El Coreto de la Basílica de El Pilar, su primer gran encargo, gracias a Don Ramón de Pignatelli. Pinta La Gloria, y se encuentra en ella. Los Cartujos de Aula Dei le encargan pintar en su Iglesia once grandes paños sobre La Vida de

la Virgen.  Esta vez pinta al óleo sobre el muro y en el cuadro sobre el Nacimiento de la Virgen se autorretrata con una mirada fuerte y su melena al viento. Igualmente son de esta época su Retrato que se encuentra en el Museo Camón Aznar y el Goya con sombrero de ala ancha, con su redecilla de torero,-prohibido por Esquilache,-   de Museo de Bellas Artes de Zaragoza,  ya que el se denominaba el de los toros.
Pero dejemos que Don Ramón Gómez de la Serna nos defina la irrupción de Goya en el arte del siglo XVIII:  ….Para nosotros,  el siglo XVIII es un siglo de pelucas blancas, pero no porque estén superpuestas, sino porque encajan en este siglo, le van bien, y representan ese dominio de la vejez que le caracteriza, haciendo de la vejez filigranas, sutilidades y distinciones supremas, pero sin que deje de ser ni por un momento, imperio y eco de lo viejo. Goya arranca una mañana esa peluca pesadísima, que sobre todo comprometía al espíritu y la tira por el balcón como vejez muerta, de la que ha de desprenderse el hombre para rejuvenecerse. Es la primera peluca caída en la calle con desacato para todo el siglo.  
Francisco Bayeu su maestro y cuñado, se retrata siempre con peluca para no contradecir la norma y el qué dirán,- ya que uno de sus protectores fue Esquilache, -que es el que lo llama para qué pinte en Madrid. Goya se casa con su hermana Josefa y lo deja reflejado en el Cuaderno Italiano de la siguiente manera:   me Casé el día beinti cinco de julio del año 1773 y era domingo.  Luego de fe del nacimiento de su primer hijo mientras trabajaba en Aula Dei y dice: Nació Antonio Juan Ramón y Carlos el día 29 de Agosto de 1774. Bautizado en la Parroquia de San Miguel de Zaragoza, fue su padrino don Carlos Salas. Mas adelante escribe:  Salimos de Zaragoza para Madrid el día 3 de Enero del año 1775 y llegamos el 10. Siete días de viaje entre su ciudad y Madrid para trabajar en la Real Fábrica de Tapices, llamado por el Caballero Mengs como lo escribe su hijo Javier, a quien le asombraba la facilidad con que los hacía. Revoluciona el concepto del tapiz, ya que en sus urdimbres entra el pueblo español con toda su gallardía para adornar los palacios. Majas, majos, chatarreros, bailes a orillas del Manzanares, jugadores de cartas, niños cogiendo frutas o jugando a los soldados, riñas de fondas, cacerías, nobles en el mercado, corridas de toros, ciegos que cantan, columpios, gatos que riñen y la Naturaleza en todo su esplendor, lumínica, diáfana,… es la alegría de vivir del pueblo de Madrid y la suya.
Vuelve a Zaragoza y pinta al fresco la cúpula Regina Martirum en la Basílica de El Pilar, una de las obras maestras de la pintura mural, donde deja su sabiduría de pintor muralista. Los viles lo atacan y regresa a Madrid  enfermo y decepcionado. San Francisco el Grande por orden del Rey le resarce de su disgusto zaragozano y pinta un gran cuadro con muchos bocetos previos, Predicación de San Bernardino de Siena. Éxito en la Corte, al Rey es la pintura que más  le gusta. Viaja a Arenas de San Pedro  a pintar al hermano del Rey, Don Luis de Borbón, y a su mujer, la aragonesa Doña María Teresa de Vallabriga y a sus hijos, Luis y María Teresa, futura mujer de Godoy y Condesa de Chinchón.  Empieza así su gran recorrido por el retrato, donde le posan reyes, reinas, amigos, familiares, profesionales, banqueros, actores, condesas y duquesas, todo un testimonio de la amplia y variada sociedad española del siglo XVIII.  Conoce a la Duquesa de Osuna y a la Duquesa de Alba, y ambas hacen que el pintor evolucione en sus conceptos artísticos. Viaja a Valencia y Andalucía donde pintará y dibujará en Sevilla, Granada, Cádiz, y en Sanlúcar visitará a la Duquesa de Alba recién viuda.
Ver blog Goya en Cádiz  y Goya en Sanlúcar
Vuelve a Madrid, la sordera y el amor despechado de la de Alba comienza a introducirse en su interior, dibuja a su capricho, y no de encargo. Retoma la práctica del grabado, ahora con fines sociales y no como los anteriores que fueron copiando la obra de Velázquez, con el cual dialogó sobre el arte y la vida. Ahora, sordo y enfermo, comienza a ver una sociedad que se desmorona, empiezan a aparecer las celestinas, las prostitutas, los chulos, los alguaciles corrompidos, las cazadoras de dientes, los viejos comedores de sopa, los borrachos, la Inquisición, las madres agresivas, los médicos burros, los pintamonas y el Sueño de la Razón produce monstruos. Y así comienzan a volar las brujas, los aquelarres, las mujeres cuyos amores son tan frágiles como las alas de una mariposa, Volaverunt. Son los Caprichos aparecidos en 1799…. La Ermita de San Antonio de La Florida le espera para pintar su última gran pintura mural, por deseo real. Aquí el santo de Padua hace milagros acompañado del pueblo madrileño, junto al rio Manzanares, es un oasis que presagia la tragedia. Pinta para la Catedral de Toledo El prendimiento de Cristo  que, junto con los cuadros de San Fernando de Torrero de Zaragoza, Goya tenía en gran aprecio, según su hijo Javier. Cuadros de los Reyes a caballo, Carlos IV y María Luisa,  la Maja vestida y la desnuda, un encargo de Godoy para acompañar La Venus del espejo de Velázquez, los cuales se vuelven a encontrar en el tiempo.
Francisco de Goya murió en Burdeos. Francia el 16 de abril 1828


Napoleón trae la guerra a España, su hermano José es Regente en Madrid, Zaragoza es destruida en 1808 por las tropas napoleónicas, Goya lo vive en su ciudad y pinta la explosión de Santa Engracia. También Madrid sufre la guerra, hay una rebelión popular del Dos de mayo en la Puerta del Sol, y Los fusilamientos de la Moncloa al día siguiente, salen de los pinceles de Goya, dos obras maestras del arte contra la guerra.  El grabado vuelve a ser protagonista, las planchas de Los desastres de la guerra son todo un documento de las barbaridades de ésta, no hay vencedores ni vencidos, el cuadro de El Coloso sintetiza esta época. En 1819 compra junto al rio Manzanares una quinta, que se llamará Del sordo. Vuelve a la pintura mural, pero esta vez los caprichos y disparates se vuelven pintura, un testamento pictórico que abre las puertas del arte moderno, ya que se exponen en París, una vez arrancadas, y los jóvenes artistas las ven. Nace en 1806 su nieto Marianito y luego María del Rosario en 1814,  la hija de su última compañera, Leocadia, y muy probablemente de Goya, quien lo acompaña en este tiempo en la Quinta. Ésta marcha a Burdeos con sus hijos. Goya siente la soledad y marcha  a Francia para vivir junto a Rosarito y Leocadia. Viaja solo a Paris, vuelve a Burdeos para practicar la litografía, revolucionando ésta, y logrando  calidades técnicas jamás superadas en este medio gráfico. Sus famosos Toros de Burdeos, junto con sus aguafuertes de la Tauromaquia, dejan páginas inigualables de esta Fiesta Nacional española que es un juego de luz y muerte. Muerte que le sobreviene en Burdeos en 16 de abril de 1828.

Carlos Barboza Vargas.