La primera vez que estuve en París fue el día 20 de agosto de 1968, día en que entraron los tanques soviéticos en Praga; yo venía de Moscú y el avión tenía que hacer escala en esta ciudad de Checoslovaquia, pero nos dejó directamente en París.
La pintura de La Gioconda se da por iniciada cerca del 1500, y es por esos años que se comienza a dar testimonio de este retrato en el taller de Leonardo, al que siempre le acompañó, hasta pasar al Rey Francisco I, y en un catálogo de 1695 aparece en Versalles. Napoleón Bonaparte se la lleva a las Tullerías, y en 1804 la deposita en el Museo del Louvre. La influencia de Leonardo fue inmediata en las siguientes generaciones de artistas, empezando por sus alumnos, Salai y especialmente el gran pintor lombardo, Francesco Melzi, al que le dejó como ejecutor testamentario y le hace heredar todos los manuscritos, los instrumentos y cuadros acerca del arte e industria de los pintores. Muere Leonardo el 2 de mayo de 1519, años mas tarde, Melzi unifica todos estos instrumentos que se publican como el Tratado de la Pintura. Rafael fue uno de los primeros en percibir su mensaje, dejando para la posteridad el retrato de Da Vinci, en La Escuela de Atenas, como Platón, pintura en las Estancias Vaticanas, donde Leonardo no fue considerado apto como pintor florentino para dejar su impronta en el Vaticano. Durero continúa las enseñanzas de Leonardo y Paccioli y en su obra, teoriza sobre ellas ya que en 1525 publica el libro conocido como De medida, donde habla de la belleza y la armonía.
Este símbolo de la pintura occidental está presente como souvenir para turistas, en canciones populares, en carteles anunciando cualquier tipo de productos, …..