Los archivos fotográficos guardan la memoria de los pueblos desde hace mas de 150 años en que se inventó el daguerrotipo, y esto es lo que nos viene a demostrar el trabajo de investigación realizado por el historiador turolense Alberto Bayod Camarero, en su libro titulado La fotografía y su reflejo social, Belmonte 1860-1940, editado por la Asociación Cultural Amigos del Mezquín, con 540 páginas de texto e imágenes perfectamente ensambladas para comprender la historia de su gente y de su tierra. Además el libro se acompaña de un CD en el que nos demuestra la importancia del ambiente cultural de Belmonte en esta época de principios de siglo, en la que había reporteros de gran categoría técnica y artística que recogían los testimonios de la vida ciudadana, fiestas, sucesos, romerías,… Los fotógrafos eran Francisco Velázquez Martín, Carlos Estevan Membrado, Manuel Jarque Urquizu, Cándido Angosto Bayod, ….y milagrosamente, las familias han conservado las delicadas placas de cristal de estos artistas gráficos.
La relación de Aurelio Grasa con Belmonte es muy curiosa e importante para el estudio de este gran fotógrafo zaragozano, ya que ilustró gráficamente un acontecimiento sucedido en Zaragoza y que tuvo repercusión en la prensa nacional. El Blanco y Negro, Nº 845 del día 13 de julio de 1907, dio la noticia con el título Zaragoza, los niños martirizados, donde figura el Sr. Elío, padre de los niños, que se refugió en la Iglesia de San Felipe en su huída por las calles de Zaragoza, la madrastra, Dª Rosa Membrado, los niños, y el denunciador del secuestro el Sr. García, figurando como fotógrafos del acontecimiento, Escolá y Grasa.
Esta publicación de la foto de Aurelio Grasa es de sumo interés, ya que es la primera foto conocida publicada en prensa de un niño de 14 años, todo un superdotado en esta época, junto con el gran Lucas Escolá con una foto de estudio de la familia aludida. Sin embargo, Aurelio niño, se subió al balcón más alto del edificio para notificar el inesperado acontecimiento y dar un mejor sentido al reportaje, del cual conservamos tres placas de cristal 9 x 12 cm. y los contactos en papel, con un escrito autógrafo en su reverso, con el tema tratado. Curiosamente, esto lo está haciendo un niño de 14 años en Zaragoza en 1907, años antes que el famoso reportero Cartier- Bresson en 1944, como nos explica el profesor Pedro Rújula de la Universidad de Zaragoza, para sus fotos en la Magnum, página 19; es decir 33 años antes, Aurelio Grasa documentaba con textos sus fotos en Zaragoza, adelantándose a lo que va a ser el fotógrafo reportero de los años cuarenta.
La otra coincidencia, y ésta, con la bella villa de Belmonte de Mezquín, es que los protagonistas de la noticia proceden de aquí, y cuando Alberto Bayod estaba preparando el libro nos llamó para ver si teníamos documentación gráfica para ilustrar su texto sobre este acontecimiento sucedido en la plaza de San Felipe, y es así como las fotos de Aurelio Grasa se incluyen en esta magnífica publicación.
De vuelta de San Carlos de la Rápita, cruzando Morella, antes de llegar a Alcañiz, hay un desvío de unos 12 Km. con una carretera bien asfaltada, desde la que se accede a Belmonte. Allí se puede disfrutar de la amabilidad de sus gentes, de la magnífica Iglesia barroca de San Salvador y su grandiosa portada, sus plazas con fuentes y sus casas rurales, las pequeñas ermitas y la bella ubicación de la ermita de San José, entre pinos centenarios y cipreses, desde la que se divisa un amplio panorama del Bajo Aragón y de la tierras de Belmonte surcadas de campos de olivos y almendros que forman un espectáculo para disfrutar de una estancia inolvidable.
La hija de D. Aurelio, Teresa Grasa Jordán, va a visitar esta tierra y se impresiona, y con su cámara, 102 años después de las fotos de su padre, fotografía rincones y monumentos ofreciéndonos una selección de las mismas. Hagan clik en picasa.
Désen Ustedes una vuelta por Belmonte y disfruten del Aragón turolense.